Familiares lloran y se lamentan mientras sacan los restos de la furgoneta fúnebre

La familia se abrazó y gritó mientras los 🧬 auxiliares sacaban pequeños fardos de la furgoneta fúnebre. Los restos estaban tan degradados que una tarjeta escrita a mano identificaba 🧬 a cada víctima de la secta.

"Nunca pensé ver a mi gente de esta manera. La situación es muy mala,"

dijo Francis 🧬 Wanje a apostas caca níqueis .

"Ha sido un viaje muy duro desde el año pasado hasta ahora. Muy duro. Afortunadamente, estoy 🧬 feliz de haber recuperado a [mis] seres queridos", dijo, después de recibir sus cuerpos.

El martes, Wanje se convirtió en el 🧬 primer miembro de la familia en recuperar los cuerpos de sus parientes para el entierro después de que se convirtieran 🧬 en víctimas de una tragedia, denominada matanza de Shakahola, que muchos kenianos tienen dificultades para comprender. En las próximas semanas, 🧬 las autoridades esperan devolver más cuerpos a las familias.

Los testigos y los fiscales afirman que, a partir de 2024 y 🧬 durante un período de muchos meses, el carismático pastor Paul Nthenge MacKenzie, un ex conductor de taxi que vivía en 🧬 Malindi, atrajo a cientos de seguidores al remoto bosque de Shakahola para prepararse para el fin del mundo.

Los funcionarios gubernamentales 🧬 y los supervivientes afirman que convenció a los seguidores a través del ayuno a muerte para alcanzar la salvación, comenzando 🧬 con los niños. Las autopsias muestran que la mayoría murió de inanición, mientras que otros fueron agredidos hasta la muerte.

En 🧬 junio del año pasado , se informó sobre cómo las autoridades tardaron en reaccionar a los rumores que salían de 🧬 la comunidad de la secta.

Ahora un informe oficial condenatorio, publicado este mes por la Comisión Nacional de Derechos Humanos de 🧬 Kenia (KNCHR), ha puesto de manifiesto un patrón de fallos, retrasos y negligencia en la respuesta del Gobierno que la 🧬 Comisión afirma que podría haber contribuido significativamente a la espantosa magnitud de la tragedia.

"La Comisión responsabiliza al equipo de seguridad 🧬 de entonces en Malindi de la grave abdicación de responsabilidad y negligencia", se lee en el informe de 33 páginas. 🧬 Describe cómo las autoridades no actuaron sobre informes creíbles de las actividades de la secta de varias fuentes, afirmando que 🧬 podrían haber salvado más vidas.

La Comisión descubrió que la policía ignoró numerosas denuncias presentadas en la estación de policía local, 🧬 las autoridades ignoraron las advertencias sobre la radicalización en las reuniones y, en un caso, un ex seguidor fue advertido 🧬 y amonestado después de publicar advertencias específicas sobre el pastor y Shakahola en las redes sociales. En cambio, aceptaron una 🧬 denuncia del pastor sobre los mensajes en las redes sociales.

En los dos años anteriores a que se retirara con sus 🧬 seguidores al bosque, MacKenzie había sido detenido en varias ocasiones por sospecha de radicalización.

"La negligencia y el fracaso de las 🧬 estructuras de seguridad y administración dejaron a los seguidores de MacKenzie a merced y control total de MacKenzie y su 🧬 milicia", se lee en el informe de la KNCHR.

Kenya's interior cabinet secretary, Kithure Kindiki, has repeatedly apologized for the failures 🧬 of the government response. Security officers were transferred from the area. Yet promises of more serious penalties have not materialized, 🧬 despite a government commission of enquiry.

Wanje learned the truth about the cult early last year, when he received a tip 🧬 that his daughter and her family had moved into the forest with the pastor.

Wanje organized a private rescue mission. When 🧬 they arrived in the remote forest compound, they found his oldest grandchild – deeply malnourished and near death. Two of 🧬 his siblings were already dead.

When talked to Wanje last year, he said the boys were suffocated by their parents.

"It's so 🧬 painful, I could not even explain it because it's something that I didn't even think of in my life," he 🧬 said.

"And I wonder how my child, my daughter, could change to be such an animal to kill her own children 🧬 just she wanted to go see Jesus."

Wanje said that his daughter and son-in-law escaped the compound when the rescue team 🧬 entered, but their bodies were later recovered by the state from the surrounding forest. All in all, Wanje believes eight 🧬 of their extended family are among the victims. The surviving grandchild is now healthy and in school.

Forensic experts and volunteers 🧬 have spent months finding and digging up remains of the cult members. So far, authorities say they have found 429 🧬 victims.

Of those, only 34 positive DNA matches to surviving family members have been made, said Kenya's chief pathologist, Johansen Oduor.

He 🧬 said this was because collecting DNA from the remains has been challenging, while family members haven't all been willing to 🧬 go through with the process, as transporting and burying the bodies can be expensive and many don't want the stigma 🧬 of collecting former cult members. On Wednesday, the government said those who could not pay would be supported.

Prosecutors finally charged 🧬 Mackenzie and scores of his senior leadership in January on a series of charges including the murder of 191 children. 🧬 The pastor and cult leadership have repeatedly denied any wrongdoing.

But the scale of the tragedy is still unclear. Soon the 🧬 fifth and final phase of exhumations will begin.

It is expected that the death toll could then rise by several hundred, said 🧬 Irungu Houghton, executive director of Amnesty international in Kenya. "If we put those figures together this single massacre, this mass 🧬 crime, probably has combined more deaths than several terror attacks we've seen."