Conceptos resonantes: "La calzada romana"

No hay pocos conceptos tan resonantes como "la calzada romana". Las palabras irradian propósito, chispa y ❤️ superioridad. El estudio exhaustivo de Catherine Fletcher desmenuza todos los aspectos del tema: desde la construcción de las calzadas y ❤️ su importancia militar hasta su influencia en nuestras imaginaciones y en las de los imitadores imperialistas. "Ofrecen una lección sobre ❤️ el ejercicio del poder a lo largo de los siglos", escribe.

Se estima que el total de calzadas romanas alcanzó los ❤️ 100.000 km. Fletcher recorre 14 países para rastrear las rutas y las razones de su existencia: Cicerón sugirió que unían ❤️ estados mediante "alianzas, amistades, pactos, acuerdos, tratados", pero también eran, por supuesto, líneas de suministro militares para la contención de ❤️ rebeldes.

La velocidad de la comunicación antigua resulta asombrosa. Los mensajeros podían recorrer 50 a 80 millas al día, "lo que ❤️ significa que la mayoría de las ciudades italianas recibirían cartas de Roma en cinco días". El tiempo de viaje de ❤️ Roma a Londres era de nueve días (aunque en 1529 aumentó a dos semanas debido a zonas de conflicto).

Fletcher narra ❤️ con agrado y destreza. Riega su prosa erudita con humor irónico, anécdotas en primera persona y comparaciones entre el pasado ❤️ y el presente. Describe sus trenes, comidas y encuentros casuales. Un código wifi en Turquía es 1453 escrito dos veces ❤️ (ya que ese es el año en que los otomanos conquistaron Constantinopla) o una estatua de Byron sujeta un libro ❤️ roto de modo que "ahora se asemeja más a un bocadillo".

La Appia Antica, una de las calzadas romanas más famosas.

El análisis de Fletcher sobre los usos, significados y metáforas de las ❤️ calzadas romanas abarca milenios. Ofrece perspectivas sobre la toponimia y lecturas matizadas de peregrinos y cruzados, refugiados papistas, románticos y ❤️ "turistas del Grand Tour". "El viaje a Roma es una representación, tiene un guion", escribe.

Las calzadas se convierten, en palabras ❤️ de Fletcher, en "un espacio para la imaginación", donde los escritores reflexionan sobre la historia antigua desde la perspectiva concreta ❤️ de las piedras sólidas. Esto convierte el libro en un delicioso compendio de alusiones literarias de Wordsworth, Goethe, Mark Twain, ❤️ Frederick Douglass (el esclavo fugitivo y abolicionista del siglo XIX) y muchos más. Y se vuelve, de manera sutil, sobre ❤️ el significado del viaje en sí. Fletcher cita a Gogol, quien pasó muchos años en Roma y quien describió el ❤️ brote de creatividad que proviene del movimiento: "pono mucha esperanza en el camino", escribió; "cuando estoy en el camino, suele ❤️ venirme a la mente una idea y se desarrolla en mi cabeza..."

Fletcher destaca con pericia cómo muchos proyectos expansionistas o ❤️ imperialistas han anhelado demostrar sus credenciales romanas. Un escritor anónimo del siglo XIX habló de estas rutas como "los caminos ❤️ por los que la civilización ha avanzado y sigue avanzando", y en la cúspide del imperio británico, Kipling ensalzó las ❤️ "grandes carreteras empedradas impulsadas como flechas sobre colinas y valles".

Tal identificación con la infraestructura romana tomó un giro más siniestro ❤️ en el siglo XX, con regímenes totalitarios compitiendo por presentarse como los herederos legítimos de Roma: Giuseppe Bottai, el controvertido ❤️ ministro de educación de Mussolini, afirmó que la raíz de todo progreso estaba en la Ciudad Eterna: "en cada lugar ❤️ al que llega un acueducto, donde yace un puente, donde una carretera militar se extiende, donde se alza un arco ❤️ o una bóveda, está Roma." Fritz Todt, responsable de las autopistas de Hitler, admiraba las carreteras romanas y napoleónicas que ❤️ "expresaban en su orientación y layout brutal la voluntad implacable de un gran conquistador".

Un análisis matizado y perspicaz

"Las calzadas a ❤️ Roma" es un libro matizado y perspicaz que cuestiona "los relatos que nos contamos sobre quiénes somos".