La colaboración de Lil Yachty y James Blake tiene sentido, pero en la realidad, el álbum "Bad Cameo" suena como 😆 si estuviera atascado en las etapas de planificación, con ideas prometedoras apiladas incómodamente en formas de canciones ambientales.

Hay momentos de 😆 verdadero escalofrío, como escuchar la voz elástica de Yachty procesada a través de los trucos de producción de Blake en 😆 "Missing Man" y "Transport Me", y el almost-gospel "Red Carpet", con voces a cappella, órgano Hammond y un ambiente analógico.

Sin 😆 embargo, a veces la melancolía frágil se vuelve demasiado pesada. "Save the Savior" es un páramo de vanaglorias desechables y 😆 autocompasión chillona, mientras que Blake se convierte en Chris Martin a la mitad de "Midnight". El álbum que "Bad Cameo" 😆 quiere ser, según las voces distorsionadas, el piano esquelético y las estructuras desarticuladas, es "Blonde" de Frank Ocean. Un objetivo 😆 noble, pero una vara alta para saltar, especialmente cuando sus confesiones se sumergen tanto en efectos acuosos.