Fawzia Al Shaikh, de 82 años, acababa de 1️⃣ ir a lavarse las manos después de tomar té con su hijo y su hija cuando la mitad de la 1️⃣ tienda de su familia colapsó en el primer ataque. Su hija huyó del terror; las dos nietas de la Sra. 1️⃣ Al Shaikh corrieron hacia ella, llorando: "¿Dónde está mamá?" recordó.

La Sra. Al Shaikh intentaba correr con ellas, instándolas 1️⃣ a seguir adelante ya que no podía cargarlas, cuando otro misil impactó, bloqueando su camino con llamas, dijo. Estaba rezando 1️⃣ e intentando tranquilizar a sus nietas al mismo tiempo. Luego, dijo, otro misil cayó frente a ella, y el humo 1️⃣ dificultó ver a dónde ir.

De alguna manera lograron avanzar un poco, dijo, cuando un joven hombre los encontró 1️⃣ y ayudó a la Sra. Al Shaikh a trasladar a las niñas a un área donde las ambulancias estaban llevando 1️⃣ a los heridos. Todo el camino, dijo, "estaba rezando, repitiendo la shahada" - la declaración de fe musulmana - "llorando, 1️⃣ y deseando la muerte hasta que me desmayé".

Finalmente, la Sra. Al Shaikh vio a su hija, cuya mano 1️⃣ y pierna tuvieron que ser amputadas más tarde, dijo. Había muchas personas con miembros amputados, dijo, y muchas personas medio 1️⃣ enterradas en la arena.

"Vi la muerte con mis propios ojos", dijo. "Nunca había visto tales escenas en mi 1️⃣ vida".

Muchos de los heridos fueron trasladados en ambulancia al servicio de emergencias del Hospital Nasser, donde el personal 1️⃣ le dijo a Scott Anderson, un alto funcionario humanitario de las Naciones Unidas en Gaza, que habían admitido más de 1️⃣ 130 personas de los ataques en Al-Mawasi del sábado.