Crédito: Geraldo Magela/Agência Senado

Este artículo hace referencia a intentos de suicidio.

Paula Lemos, de 35 años, culpa su endometriosis y la 🌧️ forma en que la sociedad encara la enfermedad por haber desperdiciado los años de su vida en hospitales, consultas con 🌧️ diversos médicos o en la cama con dolores.

La brasileña enfrentó los síntomas durante 20 años, período en el que pasó 🌧️ por dos cirugías, incluyendo una de retirada del útero a los 27 años, y trató de suicidarse en tres ocasiones.

A 🌧️ pesar de sentir fuertes dolores desde los 12 años, el diagnóstico de endometriosis de Paula só vino a los 25 🌧️ y la cirugía que alivió sus dolores a los 30.

"Yo tenía mucho que entregar en la vida y hasta que 🌧️ no recibí tratamiento no tuve la oportunidad", dice.

La endometriosis afecta a aproximadamente el 10% de todas las mujeres y niñas en edad reproductiva del planeta, 🌧️ según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, la enfermedad demora, en promedio, siete años en ser diagnosticada, 🌧️ desde la aparición de los primeros signos y síntomas.

La odisea de Paula comenzó en la adolescencia, cuando sentía dolores menstruales fuertes y hacía 🌧️ visitas constantes al hospital por infecciones urinarias y respiratorias.

La brasileña relata que los 🌧️ sangrados abundantes siempre estaban acompañados de náuseas y vómitos, fuertes dolores de cabeza y en la parte baja de la 🌧️ espalda, y dificultad para orinar y defecar.

Cuando ingresó en la facultad de Relaciones Internacionales en 2008 y comenzó a realizar 🌧️ prácticas, este cuadro se convirtió en un problema aún mayor, ya que en algunos días salir de la cama era 🌧️ imposible, cuenta Paula.

Ella ya había consultado a un ginecólogo, quien solo recetó un anticonceptivo para que ella dejara de menstruar. 🌧️ Pero la píldora no fue suficiente y los sangrados y los dolores persistieron.